Parque botánico José Celestino Mutis
El Parque Botánico José Celestino Mutis, inaugurado el 15 de marzo de 1993, debe su nombre al más célebre botánico español, José Celestino Mutis (Cádiz), organizador y director de la más famosa expedición científica al Nuevo Reino de Granada (actualmente, Colombia), que bajo la aprobación del rey Carlos III, duraría 33 años. Esta expedición tendría como resultado un importante herbario de más de 20.000 especies y una colección de 6.000 láminas que se enviaron al Real Jardín Botánico de Madrid.
Los Organismos promotores del proyecto fueron el Instituto para la Conservación de la Naturaleza, la Diputación Provincial de Huelva y el Ayuntamiento de Palos de la Frontera, con el objeto de exponer la riqueza de la flora española e iberoamericana, recogiendo así los elementos característicos de ambas áreas geográficas.
Ocupa una extensión de 12 hectáreas, surcadas de senderos o vías peatonales que conducen a dos rutas: una perimetral que transcurre por los cauces de agua que posee el parque, y otra interior por las distintas plazas del recinto.
Las características de este parque rabideño, lo configuran como un espacio ajardinado, adaptado a una irregular topografía del terreno que favorece y justifica los cursos de agua que lo recorren. El acogedor y sugerente rumor del agua, en movimiento o remansada, acompaña al visitante desde la misma entrada al recinto, siendo una fuente en forma de géiser quien da la bienvenida.
En el lago conviven plantas acuáticas de nuestro entorno junto con otras de origen diverso. Los papiros, los nenúfares y los cipreses de los pantanos han encontrado su hábitat y comparten agua con los juncos o las eneas.
Las plazas a modo de nudos entre los caminos, se encuentran dedicadas a algunos de los países americanos que muestran su flora en el parque. Cada país ofrece en su plaza su especie más característica. Existen verdaderas joyas de interés botánico en ellas, ejemplares que han conseguido adaptarse a este nuevo emplazamiento en el Viejo Mundo.
Así pues, podemos viajar por México y conocer su “ciprés de los pantanos”, por Cuba y admirar la exótica “palmera real cubana”, conocer el “ombú” que corona la Plaza de Argentina o el “cocotero plumoso” que vigila la Plaza de Brasil. Desde la Plaza de América, custodiada por un “magnolio”, se observa la parte central del parque, conocida como el Valle de América.
También existen parcelas dedicadas a la flora característica del resto de los continentes. El “árbol de Buda” de Asia, de grandes proporciones y raíces colgantes; los “cedros” y plantas crasas propias del desierto africano; o los “eucaliptos” u otras mirtáceas de Oceanía, van marcando las variaciones botánicas entre zonas climáticas y continentes.
El parque botánico cuenta además con un espacio acristalado donde se desarrollan especies que despiertan un especial interés. Acceder al invernadero es penetrar en un bosque tropical lleno de exuberancia.
En el parque se combinan el color de la flora allí representada con el sonido del agua. Lagos con hermosas especies acuáticas, torrentes, cascadas o riachuelos artificiales que dan vida a este lugar destinado al ocio. Un hermoso jardín situado entre dos parajes naturales protegidos, Marismas del Odiel y Estero Domingo Rubio, que contribuye a hacer de La Rábida un espacio privilegiado de la historia y la naturaleza.